No importa si eres monogenista o poligenista, aquí en lo que coincidimos todas es en lo jodidamente brillantes que fuimos para ser capaces de crear un método de comunicación que no consistiese en soltarnos gruñidos y darnos patadas.
El lenguaje, aquello que nos permite hacernos entender y que nos entiendan. Algo que hoy por hoy es tan inherente a nosotras como el respirar. El poder que tiene es innegable. Y, por eso mismo, tenemos que darle la importancia social que se merece.
¿Por qué insistimos en pluralizar de forma masculina sin ser necesario para el entendimiento?
¿Por qué insistimos en un lenguaje machista que relega a la mujer a mera comparsa y añadido del género masculino?
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